IMAGEN QUE CAUTIVA

Por el Pbro. Ramón Orozco Núñez.

Diocesis de Tuxpan.- El pasado 21 de diciembre de 2009, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (por la mayoría de legisladores del PRD y el apoyo del PT), aprobó en lo general, la iniciativa para legalizar los matrimonios entre personas homosexuales, que además, establece la posibilidad de adoptar niños.
Ante este evento, altamente complejo, que mete en jaque creencias y valores fundamentales para la vida personal y social, como son, el sentido de la sexualidad humana, su finalidad dentro de la sociedad, el valor del matrimonio y de la familia y su aporte social, la relación entre ética y ley civil, el papel de la fe ante una ley que contradice su moral, etc., emerge la pregunta ¿y todo esto a quién beneficia?, ¿a quién le hace el bien? y su correlativo, ¿a quien le hace daño? Para responder quisiera proponer algunas reflexiones desde la ética cristina con el siguiente esquema: primero describir, de forma sintética, el hecho en discusión con sus puntos que veo más importantes; luego presentar la voz de la ética cristiana y la orientación del Magisterio de la Iglesia; y finalmente, terminar con unas conclusiones.

¿De qué estamos hablando?
Ahora está de moda que todos demos opiniones sobre cualquier tema y la mayoría caemos en esa trampa de hablar de todo, porque “todo mundo cree que sabe”, dando igual validez a cualquier expresión.

Hace un tiempo, mientras buscaba bibliografía para un trabajo sobre ética de los estados intersexuales, me encontré con un librillo que me llamó la atención por su título y subtítulo: ABC para entender la homosexualidad. Todo aquello que es bueno conocer antes de “levantar la voz” sobre el tema de la homosexualidad. Esto me llevó a pensar lo relativamente fácil que es “levantar la voz” cuando no estamos de acuerdo en algo, pero hacerlo conociendo o por lo menos haciendo el esfuerzo por saber de qué estamos hablando, es menos frecuente. Para hablar de cualquier tema es necesario primero investigar, preguntar, buscar respuestas, para entonces alzar la voz sustentados en una honestidad intelectual que busca comprender.

La persona humana es íntima unidad de espíritu, mente y cuerpo. La sexualidad es una dimensión del ser persona que se enraíza en nuestra realidad corporal, sin reducirse a ella, sino que afecta a la totalidad de la persona humana: su mente y su espíritu.
La sexualidad humana especifica al ser humano en su feminidad o masculinidad a través del[1]:

a) Sexo biológico, que se compone del sexo genético o cromosómico, el cual se establece al momento de la fecundación y es determinado por los cromosomas XX para la mujer y XY para el hombre. El sexo genético se traduce en sexo gonádico, (ovarios para la mujer, testículos para el varón), es el responsable del desarrollo hormonal. El sexo gonádico influye sobre el desarrollo de los órganos reproductivos y de los caracteres sexuales secundarios para dar lugar al sexo somático (o fenotípico).

b) Identidad sexual: es la conciencia de la propia pertenencia a determinado sexo, de las diferencias con el otro sexo y de los factores psicológicos y culturales del rol que los individuos del propio sexo desempeñan en la sociedad (identidad de género).


c) Orientación sexual: Es la preferencia sexual que se desarrolla en consecuencia con el sexo biológico y la identidad sexual y que dirige el comportamiento sexual.

d) Comportamiento sexual: es la conducta de acuerdo a la orientación sexual.


El desarrollo sexual humano es un proceso que dura toda la vida, inicia desde la concepción con el sexo cromosómico hasta llegar a la identidad, orientación y comportamiento sexual en la feminidad y masculinidad. Ese desarrollo no es siempre armónico y lineal, se presentan problemas en distintas proporciones en cada uno de sus aspectos. En lo biológico se dan varios síndromes cromosómicos[2] , que determinan el desarrollo de las gónadas y los órganos sexuales externos; cuando hay problemas aquí se presenta la ambigüedad genital[3] que lleva a una dificultad a la hora de definir el sexo somático (fenotipo).

La Identidad sexual tampoco queda exenta de dificultades, la conciencia de la propia pertenencia a un sexo o a otro se da en una fatigosa interacción de factores psicológicos y culturales. El hombre y la mujer han de asumir toda su “biblioteca biológica” que les ha sido dada, para identificarse en su masculinidad o feminidad ante sí mismos y ante la sociedad con un “rol”. Entra en juego la orientación sexual (hacia el otro sexo o hacia el mismo) y el comportamiento (ejercicio de la genitalidad).

¿Dónde se coloca la homosexualidad? Se coloca en el desarrollo de la identidad de género, entendido como identidad sexual, donde el dato biológico es fundamental para esa identidad. Ya que la llamada "ideología de identidad de género”, hace irrelevante el sexo biológico a la hora de fraguar la identidad, dejando el término “género” a sólo los aspectos psicológicos y sociales. Esta identidad es la conciencia que asume el sujeto al identificarse como mujer o como hombre (sexo), al ir integrando los distintos factores psicológicos y sociales que lo van marcando. La homosexualidad, por tanto, es una preferencia sexual predominante y persistente por las personas del mismo sexo. Lo determinante en la homosexualidad no es tanto el comportamiento cuanto la preferencia, tendencia o inclinación sexual.

Con frecuencia se utiliza el término “homosexualidad” para hacer designar algunas situaciones afectivo-sexuales complejas que no siempre se adecúan a esta realidad, por eso conviene recordar las siguientes distinciones, para evitar confusiones:

a) La homosexualidad es la atracción sexual hacia una persona del mismo sexo.
b) La pederastia es la atracción sexual que siente un adulto hacia los niños, y puede ser hetero u homosexual.
c) El travestismo es la necesidad de vestirse como las personas del sexo contrario para experimentar excitación sexual, sin renunciar por ello a la configuración del sexo biológico propio.
d) El transexualismo es la necesidad de cambiar de sexo y de modo de vida. Aquí el sujeto está psicológicamente en desacuerdo con su sexo biológico, por ello quiere modificarlo en su apariencia sometiéndose a una intervención quirúrgica.
e) El hermafroditismo es un problema genético poco frecuente donde una persona nace con órganos de los dos sexos. El hermafroditismo total no existe, por lo general se puede hablar de “seudo-hermafroditismo”.


Por tanto, la homosexualidad tiene sus raíces en un problema de identidad de género. Es la sensación de escasa virilidad o feminidad. Las causas son tantas como las personas homosexuales lo son de diferentes y en esto no es posible (ni justo) generalizar, sin renunciar a buscar una explicación de esta realidad. De ahí que se pueda afirmar que la homosexualidad “es el síntoma de necesidades afectivas no satisfechas durante la infancia o la primera adolescencia, cuando se forma la identidad de género”. Cuando en el curso del desarrollo el niño o la niña, no encuentran (por varios motivos), la atención y el contacto con su padre o madre, que los acogen entre iguales en su sexo, permitiéndoles percibir y asumir que es bueno pertenecer al propio sexo y que es capaz de hacerlo; los individuos del propio sexo permanecen como fuente de temor (de ser rechazados, de no ser recibidos); ello provoca el deseo. Es evidente, entonces, que la homosexualidad tenga más que ver con la emotividad y la afectividad que con la sexualidad.[4]

Con ello queda descartada cualquier causa genética (el gen de la homosexualidad), sin negar la influencia de factores orgánicos (exposición excesiva de hormonas en la vida prenatal, disfunción gonádica, etc.).

Es también importante precisar que el término homosexual no es sinónimo de gay. La palabra homosexualidad indica una tendencia o inclinación sexual, el término gay indica una identidad socio-política. No todas las personas con inclinación homosexual se identifican con el estilo de vida gay que consiste en la manifestación social (salir del closet), en organizarse como movimiento, en establecer centros de encuentro y militancia, lucha social; en formar empresas de diversión y turismo, etc.

El movimiento gay, nacido de la revolución sexual de los años sesenta utiliza una bandera de reivindicación para ser reconocidos como tales frente a la sociedad. Este movimiento ha lanzado una militancia por “conquistar sus derechos” ante un pasado de represión y abusos de parte de una sociedad “homofóbica”. El sábado 28 de junio de 1969 se celebró en Nueva York, la primera manifestación pública del día del “orgullo gay”.

Desde entonces, el movimiento gay, ha lanzado una dura lucha social contra lo que considera la raíz de sus males: la homofobia. Lo primero fue eliminar la homosexualidad como enfermedad o desorden mental del Manual Diagnóstico y Estadístico de Desórdenes Mentales (DSM), redactado por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA); lo logró en 1973. Para 1991 la Organización Mundial de la Salud también lo elimina de su Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD). Con ello se genera un debate público en torno a la homosexualidad, donde los argumentos científicos fueron convertidos por el movimiento gay en discusiones de carácter político e ideológico.

Después de borrar la homosexualidad como “desorden” psíquico, el movimiento gay se lanzó con tácticas y estrategias para “borrarlo” del imaginario social, ayudado de los medios de comunicación masiva (anuncios, películas, novelas, etc.); emprendió una avalancha de mensajes homosexuales para “insensibilizar”, para “convertir” a la sociedad de una percepción negativa de la homosexualidad y del homosexual visto como “desordenado, anormal, incluso pervertido”, a una imagen positiva, el homosexual como “sensible, responsable, intelectual, encantador”. Todos los sujetos que por motivos religiosos o morales, rechazaban la homosexualidad eran tachados de sujetos homofóbicos[5], intolerantes y discriminatorios, al mismo tiempo se enfatizaban los sufrimientos provocados a los homosexuales por la crueldad homofóbica[6].

La finalidad última del movimiento ha sido, y es, que el gay se debe presentar y aceptar como miembro de la sociedad con todos sus efectos, incluso como “pilar” de ella, de ahí la evocación de personajes históricos que han contribuido a la humanidad; ¿quién pudiera discriminar a Leonardo da Vinci?

Otra estrategia para hacer “normal” la homosexualidad a los ojos de las personas, precisamente la que ahora se ha realizado en el DF, es la de pedir la legalización de las uniones homosexuales, constituirlas como matrimonio y tener la posibilidad de la adopción.

En la Ciudad de México, este movimiento logró en noviembre de 2006 la aprobación de la ley de Sociedad en Convivencia, donde las personas homosexuales podían favorecerse de esta figura jurídica para obtener algunos beneficios. Continuó la presión legislativa hasta concluir con esta ley del 21 de diciembre de 2009, que establece como “matrimonio” a las uniones homosexuales y les abre las puertas de la adopción.

Respuesta de la ética cristiana: propuesta de un ideal

Hemos de reconocer que nos encontramos frente a un fenómeno ante el que resulta difícil una postura objetiva y neutral. La ética habla siempre de proyecto, de vocación del hombre, de llegar hacer lo que se está llamado a ser, y esto se realiza a través de opciones, del ejercicio de la voluntad y la libertad en las diversas decisiones que se toman en la vida.

“La ética, -dice López Azpitarte-, no es más que un itinerario en nuestra aventura humana para obtener lo que parece digno y deseable”.

Por tanto, meter en relación la sexualidad humana con la ética es preguntarnos como dato fundamental: ¿qué tendencia tiene la sexualidad? Aquí se polarizan las posturas, quienes están a favor de la homosexualidad y quienes están en su contra interpretan ideológicamente los datos bíblicos, históricos, psicológicos, genéticos, culturales, etc.

Saber cuál es la tendencia prioritaria del impulso sexual (libido), es el punto de partida para una valoración moral objetiva. Si llegara a probarse que la homosexualidad es una inclinación tan humana y deseable como la contraria, no existiría ningún problema. Aquí veo que Eduardo López Azpitarte hace una buena síntesis:

“… Por ello, con enorme respeto para quienes afirmen lo contrario, creo que la heterosexualidad aparece para la gran mayoría como el destino y la meta hacia la que se debe tender. No es sólo la consecuencia de una cultura determinada (aunque nadie niegue su influjo), sino que algo más debe de existir en la realidad cuando se ha mantenido de una manera tan constante y generalizada.”[7]

La pregunta ética es la de los fines, las intenciones y significados de la vida. “Se trata de encontrar el significado y destino de la sexualidad, en coherencia con el proyecto ético, que oriente nuestra conducta y ayude a la realización del hombre como persona en esta dimensión específica de nuestro ser.”[8]

¿Es responsable el homosexual de su tendencia que no domina, que no se la da a sí mismo? Conviene dejar claro que el simple hecho de tener tendencias homosexuales, de sentir atracción hacia el propio sexo, no entra en el campo de la moralidad, porque está al margen de la voluntad.

Si el tener una inclinación homosexual no es muchas veces responsable, ¿cómo deberían juzgarse los actos concretos de una persona homosexual? Teniendo en cuenta la vivencia subjetiva de esta tendencia, es necesario decir que, “no conviene olvidar que la licitud de una conducta no se justifica por lo que es, sino por lo que se debe ser. Quiero decir que, si los homosexuales tienen derecho a vivir como son, este principio habría que aplicarlo con la misma lógica a cualquier otro comportamiento. Por idéntico motivo, el heterosexual o el fetichista podría dejarse conducir por sus tendencias respectivas, sin tener en cuenta que una simple inclinación no es suficiente para humanizar las fuerzas pulsionales”.

Independientemente de la inclinación que se experimente, la pulsión sexual ha de ser “humanizada”, “educada”, de acuerdo a un proyecto personal de vida, es decir, acrisolar esa pulsión con los valores que construyen, no sin esfuerzo y sacrificio, una vida humana. Por ello, “el déficit y la limitación, patrimonio universal en todos los campos, no justifican abandonarse a la propia realidad, pues por encima de ella se encuentra la meta hacia la que debemos dirigir nuestra conducta.”[9]

Esta propuesta ética busca derrumbarla desde su raíz, el movimiento gay, tachándola de ser una invención represiva, anunciando a toda voz que no hay meta, no hay ningún objetivo sino el que cada quién quiera y guste, no hay ninguna “indicación u orientación en la naturaleza”, todo queda a la libre voluntad y gusto de la inclinación. La sonada exhortación “acéptate a ti mismo” se convierte en ocasiones, en una invitación a rendirse a la propia inmadurez y a reprimir toda posibilidad de sacar las mejores fuerzas personales para humanizarse. Es conveniente reconocer y aceptar la propia tendencia, pero es necesario “conducirla” a un proyecto personal de vida.

La ética cristiana propone a la sexualidad humana el proyecto de la vida matrimonial, donde la pulsión sexual se humaniza en el amor que encierra una doble dimensión: unitiva y procreadora.[10]

Otro problema es la legislación civil sobre la homosexualidad donde las personas homosexuales exigen algunos reconocimientos y beneficios que les pueda otorgan una ley al reconocer su “deseo” de vivir como pareja. Ciertamente el Derecho no ha de legislar exhaustivamente en todas las cuestiones de la vida personal y social. La ley no agota la ética, pero también es cierto que la ley no ha de ignorar la ética, la moral del pueblo al que sirve.

El Derecho civil está para buscar y favorecer el bien común al establecer leyes encaminadas a ello. Con el reconocimiento legal del matrimonio homosexual, se está, en gran parte, secuestrando al Derecho para que “institucionalice” un deseo privado: ¿cómo se le puede pedir, obligar al derecho civil que reconozca e institucionalice “una amistad” entre dos personas del mismo sexo? y con esto, exigirle a la sociedad que “reconozca” esa amistad como una institución. Si el deseo “secuestra” al Derecho, ¿cuántos más deseos de los miembros de nuestra sociedad se irán convirtiendo en “derechos”?

Podemos decir, que esta ley beneficia a una minoría, ni siquiera a todos los homosexuales, sino a aquellos que se identifican con el movimiento gay, que ven en este evento un “triunfo” de sus derechos civiles. Si lo vemos desde otro ángulo, a ellos también les perjudica, porque si bien una amplia mayoría de nuestra sociedad acepta que vivan y hagan lo que gusten en su “gestión sexual”, también una gran parte de esta misma sociedad los ve como “invasores” de un espacio social que le es propio al matrimonio y a la familia: el amor heterosexual, la procreación y la educación de los hijos. Esto se observa en el rechazo social para que estas parejas adopten niños.

Esta ley, lesiona y usurpa la institucionalidad del matrimonio y de la familia, que aun reconociendo sus limitaciones para llevar adelante sus fines, es la mejor forma que ha encontrado la humanidad para vivir el amor, la unidad, la procreación y la educación de los seres humanos.


Orientación del Magisterio: ¿Qué nos dice la Iglesia?

El Magisterio de la Iglesia católica ha dirigido varias veces su atención sobre el tema de la homosexualidad desde diversos puntos de vista.[11]

En primer lugar, la Iglesia rechaza “etiquetar” en modo alguno a la persona exclusivamente por su tendencia sexual. Antes de ser “heterosexual”, cada hombre es creatura, y por gracia, hijo de Dios y heredero de la vida eterna. Lo que le confiere una gran dignidad ante Dios y ante el hombre. La Iglesia también es consciente que, en el fondo, cada persona está marcada de aquella debilidad que es consecuencia del pecado original y que puede manifestarse en la pérdida del sentido de Dios y del hombre y tener repercusiones en la esfera de la sexualidad.

Directamente sobre la homosexualidad, el Magisterio invita a distinguir la tendencia homosexual, de los actos y del comportamiento homosexual, definiendo que la tendencia no es en sí misma pecado y pide de los educadores y pastores un acompañamiento prudente y sabio. Los que sí vienen calificados como “pecados gravemente contrarios a la castidad” son el comportamiento y los actos homosexuales, que han de ser calificados como objetivamente desordenados, aunque se reconoce también que la vivencia subjetiva puede modificar, en determinadas situaciones, su connotación moral.

Sobre el reconocimiento legal de las uniones homosexuales el Magisterio se opone tajantemente desde[12]:

· la interpretación de las Sagradas Escrituras: La verdad natural del matrimonio ha sido confirmada por la Revelación en las narraciones bíblicas. Lo mismo que atestigua que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados”.[13]
· argumentaciones de orden racional: Toda ley propuesta por los hombres tiene razón de ley en cuanto es conforme con la ley moral natural, reconocida por la recta razón, y respeta los derechos inalienables de cada persona. El Estado no puede legalizar estas uniones sin faltar al deber de promover y tutelar una institución esencial para el bien común como es el matrimonio.
· argumentaciones de orden biológico y antropológico: las uniones homosexuales, el matrimonio gay, no está en condiciones de asegurar adecuadamente la procreación y la supervivencia de la especie humana. Como demuestra la experiencia, la ausencia de la bipolaridad sexual crea obstáculos al desarrollo de los niños eventualmente integrados en estas uniones.
· argumentaciones de orden social: La sociedad debe su supervivencia a la familia fundada sobre el matrimonio. Al considerarse estas uniones como matrimonio, se sufre un cambio radical con grave detrimento del bien común.
· argumentaciones de orden jurídico: Dado que las parejas matrimoniales cumplen el papel de garantizar el orden de la procreación y son, por lo tanto, de eminente interés público, el derecho civil les confiere un reconocimiento institucional. Las uniones homosexuales, por el contrario, no exigen una específica atención por parte del ordenamiento jurídico porque no cumplen dicho papel para el bien común. Como todos los ciudadanos, los homosexuales, gracias a su autonomía privada, pueden siempre recurrir al derecho común para obtener la tutela de situaciones jurídicas de interés recíproco.

En resumen, la Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad.

Conclusiones

Como dije al inicio, el tema es amplio y complejo, muchos aspectos han quedado sin ser tratados, sin embargo, desde lo expuesto quisiera compartir algunas conclusiones:

· Asumir una actitud educativa y pedagógica ante las personas homosexuales, desdramatizando su situación para ofrecer caminos de humanización. Esto distinguiendo al homosexual de aquel que, siéndolo, se ha identificado con el movimiento gay; aquí nos dice el Cardenal Dionisio Tettamanzi: “Si nos movemos en la llamada cultura gay…, la Iglesia debe tener la máxima vigilancia y asumir una posición valiente y profética…, y denunciar los graves riesgos personales y sociales ligados con la aceptación de una cultura semejante.”[14]
· Para quien acompaña y educa en este campo, es urgente asumir el desafío de “ayudar a comprender”, teniendo en cuenta que: “La persona ya no soporta la sujeción a tabúes y a prohibiciones exteriores cuyas razones le son ocultadas por las clases dirigentes, incluidas las eclesiásticas. Las personas desean actuar según su conciencia y saber la racionalidad de los mandamientos o prohibiciones que se les proponen.”[15]
· El pecado y la perversión en la dimensión sexual no es exclusiva de ninguna orientación, se presenta tanto en el heterosexual como en el homosexual. Además, la dignidad de la persona está por encima de su preferencia sexual.
· Es inadmisible la “invasión” que la ley del matrimonio gay hace a la institución matrimonial y familiar. No es necesario hacerlo, ya que hay otros cauces legales por los que estas parejas pueden allegarse los beneficios que busca.
· Es necesario tener en cuenta que la ley civil moldea e influye en mucho la conciencia moral de los ciudadanos, incluso, cuando no hay suficiente concientización personal y social, se llega a la conclusión de que lo legal es sinónimo de lo bueno, “si lo dice la ley, entonces es bueno y se puede hacer”. La ética tiene una labor crítica irrenunciable ante la ley y ante cualquier estructura política o social, es su aporte ante la sociedad; negarle esto, es abandonar a los ciudadanos y a la sociedad a un estancamiento en los ideales, a la depresión personal, a la falta de esperanza, al estancamiento del proceso de humanización que nunca está del todo terminado.
· La ética sexual no agota la ética, ni ésta agota la religión cristiana. La ética cristiana es una dimensión y consecuencia de la fe, pero no se reduce a ella. Como fe es una experiencia del Dios de Jesucristo, la ética es el esfuerzo personal y comunitario de vivir esa experiencia como vocación en un estilo de vida congruente con el Evangelio. Esto para evitar posturas de moralismo que por su intransigencia pueden empañar o incluso impedir el anuncio del Misterio cristiano.
[1] En este punto me guío por el esquema presentado por Ferdinando Colombo (coordinador), ABC per capire l´omosessualitá. Tutto quello che é bene conoscere prima di “alzare la voce” sul tema dell´omosessualitá, San Paolo, Milano 2005, p. 5.
[2] Según los estudios hay una incidencia de 6 a 1000 nacimientos. Para profundizar en las enfermedades cromosómicas, cf. http://atlasgeneticsoncology.org/Educ/IndicCaryo30043SS.html
[3] Sobre la ambigüedad genital, cf. http://www.healthsystem.virginia.edu/UVAHealth/peds_urology_sp/ambiggen.cfm
[4] Esta es la explicación más aceptada, expuesta desde la escuela del psicoanálisis, que al verlo como una “carencia” en el desarrollo de la identificación psicológica, considera modificable un tal tipo de “tendencia”. Cf. Ferdinando Colombo (coordinador), ABC per capire l´omosessualitá. Tutto quello che é bene conoscere prima di “alzare la voce” sul tema dell´omosessualitá, San Paolo, Milano 2005. Para una exposición más dirigida a la “terapia” de la homosexualidad, cf. Richard Cohen, Comprender y sanar la Homosexualidad, Libros libres, Madrid 2004.
[5] La homofobia se califica como una ansiedad o miedo irracional e insano al homosexual, por tanto al calificar cualquier opinión contraria a la homosexualidad como homofobia, era llamar irracional, insano e intolerante a quien la pronunciaba.
[6] Para una exposición más detallada de las estrategias desarrolladas por este movimiento, cf. Ferdinando Colombo (coordinador), ABC per capire l´omosessualitá…, San Paolo, Milano 2005, págs. 39-40. Estudios más amplios sobre el tema cf. Tony Anatrella, Contra la sociedad depresiva, Sal Terrae, Santander 1994; Del mismo autor, El sexo olvidado, Sal Terrae, Santander 1994.
[7] Eduardo López Azpitarte, Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una ética sexual, Sal Terrae, Maliaño 2001, p. 149.
[8] Eduardo López Azpitarte, Ética de la sexualidad y del matrimonio, San Pablo, México 1994, p. 11.
[9] Eduardo López Azpitarte, Simbolismo de la sexualidad humana. Criterios para una ética sexual…, p. 153.
[10] Para un desarrollo detallado de esta visión cristiana, cf. Eduardo López Azpitarte, Ética de la sexualidad y del matrimonio…, p. 297ss. Lo mismo que Eric Fuchs, Deseo y ternura. Fuentes e historia de una ética cristiana de la sexualidad y del matrimonio, Desclée De Brouwer, Bilbao 1995.
[11] Sólo cito tres intervenciones: Congregación para la Doctrina de la Fe, Atención pastoral a los homosexuales, Roma octubre de 1986; Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, Roma marzo de 2003; Congregación para la Educación Católica, Sobre los criterios de discernimiento vocacional en relación con las personas de tendencias homosexuales antes de su admisión al seminario y a las órdenes sagradas, Roma noviembre de 2005.

[12] Este esquema lo presenta el documento: Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, Roma marzo de 2003.
[13] Un estudio más detallado de estos argumentos bíblicos, lo encontramos en Perre Debergé, El amor y la sexualidad en la Biblia, ITESO, Guadalajara Jal. 2007.
[14] Citado por Ferdinando Colombo (coordinador), ABC per capire l´omosessualitá…, San Paolo, Milano 2005, p. 18.
[15] Eduardo Bonnín, Ética matrimonial, familiar y sexual, San Pablo, México 2001, p. 16.

Tuxpan, Veracruz.- Prórroga hasta el 15 de febrero se estableció para el pago de Impuesto Predial con descuentos, en virtud que se mantiene la buena respuesta por parte de la ciudadanía y en apoyo también de la población por los compromisos económicos de inicio de año, declaró el director de ingresos Rafael Guerrero Reyes.

El funcionario municipal indicó que el Cabildo aprobó ampliar el pago, que se tenía contemplado como fecha límite el 30 de enero, sin embargo, por la solicitud que estableció el alcalde Juan Ramón Gánem, se aumentarán otros 15 días para realizar dicho pago con los descuentos del 20 y 50% de descuento por pronto pago y a jubilados, pensionados y personas de la tercera edad respectivamente, es importante resaltar que este lunes las cajas estarán abiertas de 7 de la mañana a 7 de la noche.

El pago de impuesto predial servirá para continuar con la obra pública y acciones sociales que demanda la población tuxpeña, es necesario que para ello contribuyan con su pago y así pueda continuar lo que ellos demandan.

Guerrero Reyes recordó que acuerdo con el artículo 121 del Código de Hacienda Municipal, pensionados y jubilados tendrán un beneficio del 50% de descuento, por pronto pago, y en caso de fallecimiento de estos, la esposa o concubina, siempre y cuando la cuota mínima sea de $180.08.

Los requisitos son ser propietario del predio, presentar recibo de pago predial del año 2009, copia de la credencial del pensionado o jubilado, copia del último talón o tirilla de pago, copia de credencial de elector y tiene derecho únicamente al predio que habite.

Las personas mayores de 60 años tendrán también el 50% de descuento teniendo como pago mínimo de $180.08 pesos bajo los siguientes requisitos: que su valor catastral no rebase la cantidad de 335,400 pesos, ser propietario del predio, presentar recibo del pago predial del 2009, copia de la credencial de elector, copia de de la credencial del INSEN o del INAPAN, y tiene derecho únicamente al predio que habite.

El descuento del 20 % es por el pago anual anticipado, y la cuota mínima a pagar no debe ser menor a tres salarios mínimos vigentes de la zona. Los pagos son en horarios de lunes a viernes de 07:00 horas a 19:00 horas, pagos anteriores o rezagos en horario de 09:00 horas a 15:00 y de 17:00 a 19:00 horas y sábados de 09:00 horas a 13:00 horas.

Se invita a la ciudadanía para que acudan a realizar su pago, que se tiene contemplada para el 15 de febrero como fecha limite, de no realizarlo hasta ese día, empezará a correr las multas y recargos correspondientes, por no efectuarlo a tiempo.

Más información en http://www.imagenquecautivaradio.com/ y en los canales locales de televisión de la zona norte del Estado de Veracruz.

Naranjos - Amatlán.- En virtud de elevarse las quejas vecinales en cuanto a que propietarios de Camionetas ganaderas y vehículos particulares, taxis y otras unidades motoras acuden a la vertientes del Río Tancochìn tanto a la altura del Campo “La Marina” como en la parte adjunta del Puente Elevado en la Escobedo para lavar sus unidades, con el consecuente impacto negativo al entorno ecológico, ya que los vehículos desprenden residuos de grasas y lubricantes, pero además, estorban la vialidad ya que ambas arterias sirven como desfogue por la construcción del Puente.

El Ayuntamiento que preside el Prof. Andrés Obando Torres exhorta a los conductores a mostrar mayor conciencia de esta situación y cuidar de nuestro ya de por si dañado río y en caso de que continúen estas acciones se tendrán que aplicar castigos, ya que dañar la ecología ya es un delito grave.

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El Pleno del Congreso de Veracruz reformó diversos artículos del Código Civil y Código de Procedimientos Civiles, a fin de eliminar la disposición relativa a la publicación, en la tabla correspondiente de la Oficialía del Registro Civil, de los extractos de las sentencias de divorcio ejecutoriadas, por considerarse que atenta contra la privacidad de las personas; además de establecer que los convenios de divorcio voluntario celebrados durante un juicio de divorcio necesario traigan aparejada ejecución.

Con estas modificaciones aprobadas por unanimidad, también se establece la posibilidad de que las partes involucradas en un litigio de carácter civil objeten las preguntas y repreguntas formuladas durante el desahogo de las pruebas testimoniales, de manera previa a que el juez que conozca del asunto las califique, de tal modo que con ello disminuyan algunas irregularidades que se presentan durante el examen a testigos.

Durante la sesión, rindió protesta de ley Gloria Vázquez Hernández como nueva diputada a la LXI Legislatura Local, en sustitución de Antonio de Jesús Remes Ojeda; asimismo, se concedió licencia al diputado Renato Tronco Gómez para separarse del cargo del 30 de enero al 4 de noviembre del presente año, por lo que la suplente Jazmín García Guzmán rindió protesta de ley ante el Pleno Legislativo.

Los legisladores locales aprobaron el Código Hacendario del municipio de Coatepec y turnaron a la Comisión Permanente de Comunicaciones la Iniciativa de Ley que Regula las Construcciones Públicas y Privadas del Estado, presentada por el Gobernador Fidel Herrera Beltrán, a fin de establecer las bases para diseñar, construir y operar las modificaciones públicas y privadas en el territorio de Veracruz.

Por otra parte, se autorizó al Ejecutivo Estatal otorgar en comodato, por un periodo de 20 años, una superficie de terreno de 325.17 metros cuadrados de propiedad estatal, ubicada en la ciudad de Poza Rica, a favor del Poder Judicial del Estado, para el establecimiento y construcción de sus instalaciones.

Del mismo modo, se concedió anuencia al Ayuntamiento de Zongolica para donar un terreno con superficie de 148.65 metros cuadrados, ubicado en la Avenida Ignacio Zaragoza Sin Número, a favor del Poder Judicial del Estado, para la construcción de la Sala de Juicios Orales.

Se autorizó a los ayuntamientos de Colipa, Juan Rodríguez Clara y Maltrata contratar créditos para la ejecución de obras productivas.

La Mesa Directiva, presidida por el diputado Leopoldo Torres García, clausuró los trabajos del Primer Periodo de Sesiones Ordinarias correspondiente al Tercer Año de Ejercicio Constitucional.

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