IMAGEN QUE CAUTIVA

Hector Yones Landa
Articulista Invitado


Xalapa, Veracruz.- Ha transcurrido una semana intensa, que poco a poco ha ido dejando al descubierto los grandes daños que el Huracán Karl nos dejó a su paso por Veracruz. Ante este panorama de urgentes necesidades, ha quedado manifiesta la solidaridad y el compromiso de miles de veracruzanos que se han sumado a las tareas de auxilio y apoyo a la población afectada.


No obstante, luego de la emergencia, afrontamos el gran reto que significa volver a la normalidad, reconstruir la infraestructura afectada e iniciar, tan pronto como sea posible, la reparación y reconstrucción de los inmensos daños ocasionados por los fenómenos meteorológicos que recientemente han azotado con fuerza a la entidad. Éste es un reto de grandes dimensiones, donde cualquier recurso resulta insuficiente para atender las apremiantes necesidades de nuestros paisanos.

En este contexto, a nivel nacional se desarrollan las discusiones en torno al presupuesto de ingresos de la federación para el próximo año. La propuesta de la fracción parlamentaria del PRI para disminuir la tasa del IVA del 16 al 15 por ciento, ha generado un gran debate nacional entre los partidos políticos y el gobierno federal, que no ha estado exento de rispidez.

Pero lejos de las posiciones claramente partidistas y de las posturas radicales, debe prevalecer la apertura y el sentido de responsabilidad, porque ésta es la única manera en que podremos tomar la mejor decisión para el país, para salir adelante del actual escenario de caos e incertidumbre.

Por eso, hemos expresado nuestro respaldo a la propuesta del Gobierno de Veracruz, que contempla mantener el IVA en 16 por ciento, para que los recursos que se captan como excedente sean distribuidos para el FONDEN, destinados a la rehabilitación y reconstrucción de los daños ocasionados por los fenómenos meteorológicos.

Con esta propuesta, nuestro mandatario da muestra, una vez más, de su visión como jefe de estado, que deja fuera las afinidades políticas para anteponer, por encima de cualquier circunstancia, el bienestar de todos los veracruzanos.

En el mismo sentido, hemos propuesto también que este porcentaje se mantenga por un año más, y que el uno por ciento excedente se destine para ayudar a Veracruz, para que toda su infraestructura hidráulica y los daños ocasionados por la peor devastación natural de su historia puedan ser reparados.

Estamos conscientes de que ésta es una lucha coyuntural, motivada por las circunstancias inéditas que hoy vivimos los veracruzanos. También estamos conscientes que ante la magnitud de este desastre, debemos tener una visión de mayores alcances para promover una auténtica reforma fiscal, que garantice el incremento de la base tributaria, mayores recursos para los tres órdenes de gobierno y mayor equidad en la distribución de la riqueza.

Sólo si privilegiamos el interés nacional por encima de cualquier interés particular, estaremos preparados para afrontar la cada vez más frecuente presencia de fenómenos meteorológicos, así como a los pasivos en materia de empleo y seguridad, cuya solución es ya una exigencia por parte de la sociedad mexicana. Nuestro país así lo demanda, y hoy más que nunca, estamos obligados a trabajar para que así suceda.

No obstante, con el IVA y la reforma fiscal sucede lo mismo que con el resto de las reformas estructurales que el país requiere: es impostergable asumirlas de manera integral y con auténtica visión de Estado, para no seguir poniendo parches a nuestra maltrecha economía y dar paso, de una vez por todas, a los cambios que México debió haber realizado desde hace décadas.

La economía mundial no muestra signos de recuperación franca y sostenible, así lo demuestra la situación de varios países de Europa y las declaraciones de los titulares de las finanzas en los Estados Unidos, quienes han externado su preocupación porque su economía no crece como estaba previsto y, por el contrario, hay signos que barruntan una nueva recesión en la Unión Americana.

Las únicas economías que siguen creciendo son aquellas que realizaron las transformaciones estructurales, para los cuales, en México cada vez nos queda menos tiempo.