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UNA PARTICIPACIÓN RESPONSABLE EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES DEL 4 DE JULIO DE 2010
1. Los ciudadanos de Veracruz estamos por ser protagonistas de una nueva jornada electoral del próximo 4 de Julio, en la que elegiremos al gobernador del Estado, a los presidentes municipales y a los diputados que nos habrán de representar en el Congreso Local.
2. Con este motivo, los obispos de la Provincia de Xalapa, queremos como pastores invitar a todos los fieles católicos y a la sociedad en su conjunto, para que nos sumemos con madurez a este proceso democrático, luchemos contras las graves consecuencias del abstencionismo, favoreciendo una copiosa participación en un clima de respeto, responsabilidad y paz social.
3. Es una oportunidad para revalorar lo que entraña una verdadera vida democrática, que no solamente ha de vivirse en tiempos electorales, sino en la diaria participación de los ciudadanos en la vida común.
4. Como enseñaba el Siervo de Dios, Juan Pablo II: “La Iglesia aprecia el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica… Una auténtica democracia es posible solamente en un Estado de derecho y sobre la base de una recta concepción de la persona humana… Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del «bien común» como fin y criterio regulador de la vida política.” [1]
5. A este respecto, es crucial elegir a los mejores candidatos, pero es también necesario que la ciudadanía vigile que los compromisos y expectativas anunciadas sean realmente cumplidas.
6. El Magisterio reciente de la Iglesia ha reconocido también la bondad de la organización de la sociedad estructurada en tres poderes —legislativo, ejecutivo y judicial—, ya que refleja una visión realista de la naturaleza social del hombre, la cual exige una legislación adecuada para proteger la libertad de todos. Es preferible que un poder esté equilibrado por otros poderes y otras esferas de competencia, que lo mantengan en su justo límite. Es éste el principio del «Estado de derecho», en el cual es soberana la ley y no la voluntad arbitraria de los hombres. [2]
7. En los comicios estamos implicados muy diversos actores y todos debemos participar activamente según nuestra situación. De los candidatos necesitamos plataformas claras y coherentes, así como un sincero respeto a los demás contendientes. De los partidos políticos, la sociedad espera que presenten sus mejores candidatos y eviten campañas dispendiosas. De los órganos electorales, se exige transparencia e imparcialidad. De los medios de comunicación, verdad y equidad. De todos, emitir nuestro voto, respetar el proceso y colaborar con quienes salgan electos.
8. Como ya sabemos, el voto personal, libre, razonado y secreto: es insustituible. Es un derecho y un deber moral de todo ciudadano. Por ello debemos fortalecer el voto de cada ciudadano, que no se compra ni se vende, ni se consigue a través de sobornos o amenazas. Todo lo que constituya una forma fraudulenta de obtener el voto, es un delito deshonesto y constituye una falta moral grave, pues se manipula a la persona, hiriendo su dignidad, tanto más cuando se especula con la pobreza o la ignorancia de la gente sencilla.
9. Tocará a los electores discernir entre los candidatos cuál reúne el mejor perfil para el cargo al que es postulado, por ejemplo: su conocimiento de la historia y las reales necesidades del pueblo; la coherencia y honestidad en su trayectoria familiar y política; su capacidad de diálogo incluyente y su capacidad de escuchar a todas las personas sin importar su extracción social o partidista; la honestidad y transparencia en el manejo de recursos económicos; que el candidato sea una persona promotora de solidaridad y participación; de amor y defensa de los derechos humanos fundamentales: la vida, la libertad de expresión y la libertad religiosa, etc.
10. La sociedad veracruzana merece vivir una democracia más auténtica y participativa. Anhela tener autoridades que garanticen el respeto irrestricto a los derechos humanos y tengan como prioridad el ejercicio de la justicia social; autoridades que hagan valer el estado de derecho y que se conduzcan siempre en la justicia, superando cualquier intento de corrupción; autoridades que sometan la delincuencia dentro de los cauces de la legalidad; políticos que se respeten a sí mismos y ganen la autoridad moral ante el pueblo, no sólo por haber salido vencedores en el escrutinio final de los votos, sino por ejercer sus funciones buscando primero y, ante todo, el bien común.
11. Esperamos de los candidatos que contienden para la gubernatura que se comprometan a respetar y fomentar la cultura democrática, la división de poderes que ya señalábamos, la necesaria solidaridad y apoyo equitativo a todos los municipios, en el respeto a la autonomía que las leyes les otorgan. La ciudadanía urge la creación de fuentes de trabajo y empleos, así como el abatimiento de la inseguridad y la delincuencia. Espera que la búsqueda del Bien Común sea antepuesta a cualquier interés de grupo o de partido.
12. Especialmente en el caso de la elección de presidentes municipales es importante cuidar que los candidatos y los partidos eviten el juego sucio de los ataques o descalificaciones sin fundamento, que no corresponden a una democracia seria y madura, y que deja además heridas profundas, que pasada la contienda dificultan la convivencia social. Más bien, los candidatos deben distinguirse por propuestas claras, plataformas objetivas y realistas, cuyos compromisos estén en posibilidad de cumplir.
13. En el caso de los candidatos a las diputaciones del Congreso Local, a quienes tocará la delicada labor de elaborar leyes más justas y actualizadas, éstos deben dar a conocer con claridad sus convicciones y criterios personales o de partido, en torno a las posibles propuestas legislativas que esperan emprender. En una auténtica democracia los legisladores son los representantes de los anhelos, convicciones y valores del pueblo que los elige y a quien deben representar. Sería un fuerte agravio a la democracia representativa, si los ciudadanos fuesen sorprendidos o traicionados por la actuación de sus representantes con leyes contrarias al sentir y a los valores del pueblo. Por ejemplo sobre el derecho fundamental a la vida – desde su inicio hasta su término natural -, sobre la familia y el matrimonio, sobre la salud integral de la población, especialmente la de los jóvenes y niños; sobre la impartición de la justicia y la protección al estado de derecho, sobre la dignidad de los migrantes…: Todos estos temas y otros más son preocupación de los ciudadanos quienes tienen derecho a que se les informe claramente de las convicciones y proyectos de los diferentes candidatos, antes de decidir por quién habrán de votar.
14. Recientemente los Obispos de México, conscientes de la necesidad de recomponer el tejido social de nuestra patria, hicimos un llamado particular a fomentar sentimientos de paz en una sociedad tan frecuentemente encrespada. Decíamos: “Debemos aprender a serenar el mundo de los sentimientos, que acompañan nuestras opciones. En muchos ciudadanos y dirigentes políticos se alojan actitudes violentas como la demonización de quienes son considerados adversarios, la pasión por eliminarlos del escenario público, el resentimiento por los agravios y las agresiones padecidas y la desconfianza que aísla e impide el acercamiento y reconocimiento mutuo”.[3]
15. Invitamos a los medios de comunicación a dar la información cierta y oportuna, en torno al proceso y a las diversas opciones de los electores. Invitamos también a los candidatos de los diversos partidos, a dar a conocer sus propias plataformas a la ciudadanía y estar disponibles a ofrecer diálogos abiertos o debates públicos que se desarrollen en un ambiente sereno y con reglas que favorezcan la equidad, la claridad y el respeto entre todos los candidatos. Esto facilitaría en gran medida a los electores conocer mejor las propuestas y razonar su propio voto.
16. A nuestros hermanos sacerdotes les recordamos que nuestra mejor aportación a la democracia es haciendo conciencia en nuestros fieles de sus derechos y deberes ciudadanos. Como pastores, estamos llamados a ser factores de unidad y de comunión, de reconciliación y de paz, por lo que no es nuestro papel hablar en favor o en contra de ningún candidato o partido político en particular; hemos de respetar la libertad de los fieles laicos en sus opciones políticas, dentro de un pluralismo de partidos. De hecho, ningún partido representa a la Iglesia y los católicos pueden militar o dar su voto libremente al partido o al candidato que mejor responda a sus convicciones personales, con tal de que sean compatibles con la ley moral natural, los derechos humanos fundamentales y se encaminen al bien de la sociedad.
17. Por esta razón, como ya lo hemos pedido en otras ocasiones, en las misas y actos propiamente religiosos, así como en los templos y anexos, se evitará todo aquello que pudiera ser o aparecer como apoyo a un determinado candidato o partido. Están prohibidas, por tanto, celebraciones para pedir el éxito de una campaña o dar gracias por el triunfo de un candidato particular. Sin embargo, una vez que las elecciones concluyan y las autoridades queden legítimamente constituidas, contarán con todo nuestro respeto y sabrán que los católicos oraremos por todos ellos para que sean fieles a su compromiso con el pueblo, independientemente de su extracción partidaria.
18. Será importante respetar y acatar las decisiones del Instituto Electoral de Veracruz (IEV) y del Tribunal Federal Electoral (TRIFE), en su tarea de vigilar que los procesos electorales sean limpios, imparciales, transparentes y apegados a la ley, garantizando así la certeza y credibilidad del resultado de las elecciones.
19. Una vez calificadas las elecciones al final del proceso electoral, todos, candidatos y electores, debemos dejar atrás los apasionamientos y rivalidades de las campañas, comprendiendo con madurez que las elecciones son un proceso natural de competencia y selección, y disponiéndonos a colaborar con las nuevas autoridades en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
20. Hermanos y hermanas: Si todos buscamos el bien común y cumplimos con nuestro deber, todo el pueblo veracruzano habrá resultado ganador. Oremos a Dios: para que nos conceda vivir un proceso transparente y ordenado, acompañado de una gran participación. Para ello, invitamos a promover en nuestros templos y capillas una CAMPAÑA DE ORACION, durante las celebraciones eucarísticas, horas santas y rosarios comunitarios, durante el mes de junio previo a la elección. Sugerimos utilizar el formulario adjunto.
21. Que María de Guadalupe nuestra Madre, y San Rafael Guizar intercedan por nosotros.
Domingo 23 de mayo de 2010, Solemnidad de Pentecostés.
Más información en http://www.imagenquecautivaradio.com/ y en los canales locales de televisión por cable de la Zona Norte del Estado de Veracruz, ahora también con TELEVISIÓN EN VIVO POR INTERNET.