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Sr. Alfonso Salces Fernández Director del Periódico Notiver
Estimado Alfonso: hace dos días que se habla de mi en algunos medios.
Quise esperar a que pasara la avalancha para dar mi versión.
Atentamente te solicito le des espacio en Notiver.
Va, en los siguientes términos:
La carta de Enrique Ampudia que publica Notiver el dia de ayer no me sorprendió, por el contrario, me sirvió para confirmar el nivel de descomposición que viven él, y el gobierno al que sirve.
Su torpe y penoso comunicado merece los siguientes comentarios:
1.- Yo nunca llamé, ni el miércoles pasado ni antes a Enrique Ampudia.
Como lo comenté en la conversación grabada y profusamente difundida, hace varios días que estoy fuera del país.
Supe de su nombramiento cuando él me marcó.
Al escuchar lo grabado y leer su transcripción, queda más que claro que quien me llamó el día que tomó posesión como Subsecretario de Gobierno fue él, para decirme entre otras cosas lo siguiente: “soy el primer sorprendido” por mi (su) nombramiento; decir también que: “cuando me entere lo sabrè explicar mejor”; y que: “siempre estoy a sus órdenes Licenciado, eh, en lo que pueda servir, muy pendiente”.
Por cierto, sigo sin entender porqué tiene que explicarme a mi las razones de su nombramiento; ese es asunto de él y de quien lo nombró.
Igualmente dijo: “pronto lo busco ahí”, pidiéndome lo recibiera en mi casa de Boca del Río.
La conversación fue exactamente como la reproduce Notiver; de su lectura no encuentro nada negativo, ni de lo dicho por él, ni de lo dicho por mí; nada que pueda preocupar o apenar; es la conversación de dos personas que tienen (tenían) una buena relación.
No sé por qué su publicación provocó tanta molestia y nerviosismo.
Yo lo que digo en privado siempre lo puedo repetir en público; por eso no me preocupa si me graban o no.
Si él dijo algo que incomodó a su jefe, que le de las explicaciones que considere necesarias, bien a Buganza o a Duarte, no se de quien dependa, pero no tiene porque agredirme.
2.- Enrique Ampudia no me había llamado desde que dejé de darle trabajo.
Los últimos que le di fueron el de Secretario General de ISSSTE y después lo incorporé como parte del equipo de coordinación de mi campaña como candidato del PAN a Gobernador del Estado en 2010, elección en la que participó como candidato del PRI su hoy jefe Javier Duarte.
Antes lo había designado Director General de Gobernación, cuando fui Secretario General de Gobierno; también lo nombrè Director General en la Secretaría de Seguridad Pública Federal, cuando me desempeñé como Subsecretario en el gobierno del Presidente Vicente Fox, y varias tareas más en las que sirvió bajo mi mando.
3.- Ampudia es amigo y “enemigo” de sus conveniencias.
El miércoles pasado por teléfono me juraba amistad y respeto; hoy en la carta publicada me pide lo incluya en mi “ya larga lista de adversarios”.
No lo incluiré, por una sola razón: ¡porque es un adversario muy pequeño!.
Uno se dimensiona en buena medida por el tamaño de sus adversarios; Ampudia no es de mi estatura; para empezar yo soy un hombre libre, por el contrario él es –como lo ha sido toda su vida- un empleado; solamente obedece órdenes.
Hay algo en su carta que llama la atención y pudiera preocupar -no a mí, que me tiene sin cuidado- pero si a los veracruzanos que estarán sujetos a su tarea de gobierno.
Dice este empleado de Duarte en su carta refiriéndose a mi persona que: “políticamente” le parezco “un hombre peligroso”.
En la democracia hay hombres libres, unos en el gobierno, otros en la oposición, algunos simplemente en la sociedad civil.
En la democracia los únicos hombres “peligrosos” son los delincuentes, a los que, lo que procede, es aplicarles la Ley.
La calificación de “hombre políticamente peligroso” es propia de las dictaduras, como también la de “periodista peligroso”, que se ha puesto de moda en el sexenio duartista.
Yo escuché alguna ocasión a Duarte decir que admiraba la figura del dictador español Francisco Franco y me preocupó, ya sea porque el Gobernador ignorara la historia de España durante esa época o –peor aun-porque conociéndola, admirara a ese individuo sanguinario, enemigo de la democracia y del avance científico, que aplastó al pueblo español durante décadas y que ha sido ya condenado por la humanidad.
Pero su empleado Ampudia está peor; su expresión “político peligroso” va más allá de la visión franquista.
¡Sólo Joseph (Losif) Stalin y Ampudia se han atrevido a calificar a un político como“peligroso”¡
¿Cuál será la Siberia veracruzana para quienes somos “ políticos peligrosos”?
¿Acaso la cima del Pico de Orizaba?
Veo que les doy miedo.
Es probable que tengan razón.
Si -es verdad- soy “peligroso”, porque hablo con la verdad, y eso no puede admitirse en un Veracruz que por lo visto pretende gobernarse con una mezcla de franquismo-estalinismo.
No les temo en lo mas mínimo.
4.- Duarte se equivoca rotundamente gastando el dinero de los veracruzanos en grabadoras y grabadores.
Tiene que dedicarse a trabajar en beneficio de los veracruzanos.
Está por concluir el primer tercio de su sexenio y no ha hecho nada.
Yo no soy su enemigo, ni procuro hacerle daño.
Por el contrario, a todos consta que a pesar del fraude electoral de 2010, he mantenido una conducta respetuosa y prudente en relación con su gobierno.
Lo que le hace daño al gobierno de Duarte -pero sobre todo lastima a Veracruz- no soy yo, es–entre otras cosas- que haya dejado ir con garantía de impunidad al ladrón que lo antecedió en el gobierno.
Fidel Herrera se fue con sus bolsas llenas y dejó las arcas públicas vacías y pareciera que Duarte no se enterò.
Lo que afecta a Veracruz y al gobierno de Duarte no soy yo ni la oposición leal a Veracruz; es la ineptitud, la soberbia, la deshonestidad y la falta de dignidad de algunos de sus cercanos.
Eso es lo que daña a este gobierno; no los “políticos” o los “periodistas” o los “twiteros” calificados como “peligrosos”por algunos de sus empleados.
Antes, el definir quién era “peligroso” para el régimen le tocaba hacerlo a Reynaldo Escobar, que se atrevió a encarcelar a quienes utilizaban las redes sociales para dar su opinión sobre el gobierno del estado. Por lo visto ahora esta vergonzosa tarea le tocarà a Ampudia.
¡Qué pena!, yo conocí a un luchador por la democracia, no a un remedo de dictador que hoy quiere lavarse la cara frente a sus jefes, por haber cometido el “pecado” de llamarle por teléfono a quien fue su impulsor durante 20 años, solo para saludarlo y ponerse a sus órdenes, lo que a todas luces parecería una conducta normal en un hombre libre, no así en un vasallo.
5.- Por último, si Ampudia quiere volver a llamarme le informo que entre las siete de la mañana y las dos de la tarde no podrá localizarme, porque estaré entrenando en el NYSportmed y en Central Park.
Después de esa hora estoy a sus órdenes en el mismo numero y a la misma hora en que me encontró el miércoles pasado.
Comento también que no traje grabadora a New York, porque no me dedico ni al periodismo (labor noble) ni a grabar conversaciones telefónicas ¡menos en Estados Unidos donde està gravemente penado por la Ley!.
En fin, pronto estaré de regreso en Veracruz; esperemos que el “mellogate” tome el nivel que le corresponde (drenaje) y no distraiga el interés de los veracruzanos, que lo que demandamos no son cartas de Ampudia ni promesas de Duarte, sino seguridad publica (la brinda el Gobierno Federal), empleos (los genera el Gobierno Federal), combate a la pobreza (lo hace el Gobierno Federal), infraestructura (la construye el Gobierno Federal).
¡Caramba¡, ¡urge que Duarte y los suyos se pongan a trabajar y se dejen de tonterías como grabar, filtrar y luego arrepentirse¡.
Un abrazo y gracias de antemano si esta larga comunicación encuentra espacio en Notiver.
Miguel Ángel Yunes Linares
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